Nuestra Pastoral por ser de niños y jóvenes buscará sobre todo en ellos un incremento de la Piedad, don del Espíritu Santo, central en la espiritualidad de la infancia. Ello incluye una experiencia espiritual global, una iluminación intelectual de dicha experiencia, y una incidencia en la vida. Será una pastoral en clave de desarrollo del bautismo, o de iniciación para quienes no lo hayan recibido.